La economía de China se acerca peligrosamente a la deflación. Así lo advirtió hoy el periódico oficial del banco central chino. En un artículo sobre la deflación es subrayado el creciente nerviosismo sobre el tema de que la economía está luchando para reducir su velocidad, sin prestar atención al fortalecimiento de las medidas para promover. El artículo cita a uno de los mayores funcionarios chinos, quien dijo que el riesgo de deflación es mayor, y que es subestimado por muchos.
La desaceleración de la economía china en el último año estuvo acompañada por un debilitamiento de la demanda mundial: en respuesta, Beijing intensificó las medidas para prevenir la caída del pedestal de la economía más grande de Asia. Por primera vez desde 2012 el Banco Popular de China redujo inesperadamente las tasas de interés.Los analistas creen que el regulador chino tendrá que tomar medidas más agresivas de flexibilización en política monetaria para el futuro cercano, si los precios continúan a la deriva. El entorno macroeconómico se deteriora en conjunto con un exceso de capacidad industrial, sigue siendo muy frecuente la inversión ineficiente, y la desaceleración de la entrada de capitales extranjeros aún está mintiendo en gran medida acerca de los precios.
Estos riesgos han comenzado su ciclo deflacionario para la segunda economía más grande en el mundo; todo es muy similar a la "década de perdida" en Japón en los 90.
Sin embargo, China no está sola con sus problemas: la caída de los precios del petróleo en más de un 50% desde mediados de 2014 ha exacerbado un descenso generalizado de los precios de las materias primas en todo el mundo. Como resultado, la inflación en los principales países industrializados ha crecido. Y siendo el consumidor mas grande de minerales y petróleo, en el mundo, China rastrea muy de cerca los precios mundiales de las materias primas.Hoy han salido a la luz algunas estadísticas de China; la producción industrial en febrero se elevó a un máximo de cuatro meses, los pedidos de exportación, sin embargo, cayeron a el ritmo más rápido durante 20 meses.
¿Qué hacer? Todavía no está claro, pero los analistas se inclinan con argumentos a favor de un mayor apoyo a la política económica.
