La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, advierte riesgos si se subestiman los peligros de una inflación demasiado baja, como sucedió en Suecia, cuyo banco bajó las tasas de interés a territorio negativo.
Leyes laborales favorables a las mujeres. Una red de
seguridad social inclusiva. Hermosas sendas para bicicletas. Si bien hay
mucho que admirar en lo que han hecho las autoridades suecas, hay un
error que la Reserva de Estados Unidos, a cargo de Janet Yellen, quieren
evitar: subestimar los peligros de una inflación demasiado baja.
Este
mes, después de un año de aumentos de precios demasiado bajos y de
otros dos años de declinación de los precios, el banco central de Suecia
se vio obligado a tomar una medida sin precedentes. El banco bajó las tasas de interés a territorio negativo, además de anunciar su intención de comprar bonos gubernamentales.
Los
críticos señalaron que la drástica decisión llegó demasiado tarde y que
podría haberse evitado si el banco hubiera actuado antes. En los cuatro
años que llevaron al histórico estímulo, la junta directiva del banco
central mantuvo vehementes debates sobre la necesidad de bajar las tasas de interés, lo que derivó en la renuncia del vicegobernador Lars E.O. Svensson.
Svensson es uno de los críticos que dicen que el Riksbank
empezó a subir las tasas de interés de forma prematura y que luego las
bajó con demasiada lentitud a pesar de que la economía caía con rapidez
en la deflación.
Alguna vez se consideró al Riksbank el banco central más moderno del mundo en lo relativo al control de la inflación. Ahora, en el umbral de la deflación, su credibilidad se ve afectada.
La tasa de la Reserva Federal de Estados Unidos
sigue en cero, nivel en el que está desde diciembre de 2008. Las
autoridades estadounidenses quieren subir las tasas de interés este año.
El hecho que subyace en esa intención es que no se ha alcanzado el
objetivo de inflación de 2 por ciento durante 32 meses, y es probable
que no se lo alcance pronto. Los funcionarios de la Fed siguen diciendo
que, a medida que decline el desempleo, la inflación llegará al nivel
objetivo.
LA LECCIÓN DE SUECIA
En Suecia, el
gobernador del banco central, Stefan Ingves, también daba muestras de
una firme convicción en que los precios subirían a la brevedad (algo que
no sucedió) y en que un estímulo más enérgico alimentaría una
incipiente burbuja inmobiliaria.
Los aumentos de precios se desaceleraron en Suecia de 3 a 1 por ciento en el transcurso de un solo año, para luego desacelerarse aun más y empezar a declinar para fines de 2012.
Las
minutas de la reunión de la Fed de enero mostraron un fuerte debate
sobre la dirección de la inflación en los Estados Unidos y los riesgos
de subir las tasas de interés de forma prematura. Eso podría constituir
un indicio de que los funcionarios de la Fed han aprendido la lección
del Riksbank.
“Un endurecimiento más rápido aumentaría las
probabilidades de que resultados económicos adversos obligaran al comité
a devolver la tasa de fondos federales a su nivel más bajo”, según las
minutas de la Fed.
Sin duda hay diferencias importantes entre
Estados Unidos y Suecia. Una es que en Estados Unidos, al menos por
ahora, los precios siguen subiendo. Por otra parte, en Estados Unidos,
lo que impulsa los planes de endurecimiento es más un fortalecimiento
del mercado laboral que el temor a alimentar burbujas
inmobiliarias, si bien algunos funcionarios han manifestado su
preocupación respecto de riesgos excesivos en algunos sectores.
En
la actualidad, la inflación también es baja o negativa en otras
democracias occidentales. En Alemania, la inflación es negativa, de 0.5
por ciento; en Gran Bretaña es de 0.3 por ciento, mientras que en Canadá
es de 1.5 por ciento. Ningún banquero central subirá ahora las tasas de
interés sin analizar el ejemplo de Suecia.