Este martes, el euro disminuyó con respecto al dólar, acercándose a mínimos de 26 meses pues las expectativas de que la recuperación de Estados Unidos superará a la del resto de las economías principales respaldaban la demanda de dólares.
Así, el par EUR/USD se dejó un 0,15% hasta el nivel de 1,2399, no muy apartado de los mínimos registrados este viernes en 1,2356, su cota más baja desde agosto de 2012.
La moneda estadounidense retrocedió durante las dos últimas jornadas pues el informe sobre empleo de Estados Unidos publicado el viernes, que resultó peor de lo previsto, hizo que los inversores se retiraran a recoger los beneficios del reciente repunte del billete verde. El dólar se ha disparado durante los dos últimos meses pues los robustos datos económicos alimentaron las expectativas de que la Reserva Federal subirá los tipos de interés en algún momento de 2015.
Al mismo tiempo, todo apunta a que los bancos centrales de Japón y la eurozona se ceñirán a una postura más relajada en cuanto a la política monetaria en un intento de impulsar el crecimiento y la inflación.
La semana pasada, el Banco Central Europeo reiteró su compromiso de implementar, si fuera necesario, nuevas medidas de estímulo para combatir con persistencia los bajos niveles de inflación de la zona euro.
Las inquietudes suscitadas en torno a las previsiones para la zona euro se agravaron este lunes después de que los débiles datos procedentes de Italia alimentaran los temores de que la economía está volviendo a entrar en recesión.
El euro avanzó con respecto a un debilitado yen; el par EUR/JPY avanzó un 0,89% hasta 143,86, acercándose a los máximos de 11 meses registrados el pasado jueves en 144,20.
Los rumores de que el Gobierno de Japón podría posponer la subida programada del impuesto sobre las ventas impulsaron las ganancias en los mercados de Asia durante la noche, frenando la demanda yenes, considerados refugio seguro.
Según datos publicados este martes, Japón registró inesperadamente en septiembre un superávit por cuenta corriente de 963.000 millones de JPY, impulsado por un debilitado yen, despertando también el interés por el riesgo.
Además, el par USD/JPY alcanzó máximos de 116,10, su cota más alta desde octubre de 2007, y cerró la sesión con un aumento del 1,01% hasta 115,99.
