Además del reconocimiento unánime como mejor jugador de fútbol del mundo de los últimos tiempos, Leo Messi ostenta también otro destacado laurel no tan placentero, el de ser como mínimo este año el primer contribuyente individual al fisco español por el impuesto de la renta (IRPF). Y de lejos. Aunque como una cosa no va sin la otra, la cara amable del asunto reside en que para llegar a esa destacada condición fiscal se debe estar también muy arriba en el ranking de ingresos. Algo que envidiará la mayoría de la población.
Tras
un año de lío judicial a cuenta de los impuestos sobre los ingresos por
la cesión de sus derechos de imagen no declarados a la Hacienda
española durante los años 2007, 2008 y 2009, el crack argentino cerró,
desde el punto de vista económico, sus cuentas con el fisco el pasado 23
de junio, cuando pagó las declaraciones complementarias de los
ejercicios 2010, 2011 y 2012 más la referida al 2013, año este último
cuyo periodo de declaración vencía justamente esos días.
Un
enorme desembolso económico que, si se incluye la más que probable
sanción que le impondrá la justicia por no haber declarado los ingresos
por derechos de imagen en los tres primeros años, 3 millones de euros,
será de 44,4 millones. Más otros 12 millones de retenciones de IRPF del
ejercicio 2013 que ya le practicó el Barça al pagarle la nómina
mensualmente. En total, 56 millones por derechos de imagen del 2007 al
2012, sanción y salario del 2013, en el limitado periodo de apenas un
año. Imbatible.
Toda esta historia descomunal comenzó hace casi
exactamente un año, el 12 de junio del 2013, con la querella que la
Fiscalía, a instancias de Hacienda, presentó contra Leo Messi y su padre
al comprobar que los derechos de imagen que el jugador de origen
argentino ingresó durante los años 2007, 2008 y 2009 se fueron
directamente a sociedades en el exterior sin pagar los impuestos sobre
la renta. El fisco estimaba que Messi había ingresado en esos tres años
más de 10,1 millones de euros y que, aplicando el tipo del impuesto de
la renta correspondiente a ese nivel de ingresos, las cuotas defraudas,
es decir lo que tenía que haber pagado al fisco español, ascendían a 5,1
millones.
Aquí Messi comenzó el rosario de pagos adicionales a
la Agencia Tributaria que dirige el ministro de Hacienda, Cristóbal
Montoro, y que se suman a las retenciones del 52% que le aplica el Barça
a su salario como retención a cuenta del IRPF. Para rebajar las
consecuencias penales de la querella, Messi ordenó a los pocos días de
que se abriera el caso depositar en el juzgado los 5,1 millones
reclamados por Hacienda. Una práctica, la de pagar, que ha mantenido en
todos los asuntos relacionados con Hacienda desde que comenzó el caso.
Este
movimiento abre la puerta a la reducción en uno o dos grados de las
posibles condenas y de la sanción económica hasta dejarla en un 60% de
la cantidad defraudada, es decir unos 3 millones. Asimismo ha permitido
abrir una negociación con la Fiscalía y Hacienda para exonerar al
jugador de responsabilidad penal, teniendo en cuenta que el sistema de
gestión de los derechos de imagen se puso en marcha cuando él era aún
menor de edad. La Fiscalía ya ha pedido al juez que retire la imputación
del jugador y el caso se centre en exclusiva en su padre, Jorge Horacio
Messi. La abogacía del Estado, que representa a Hacienda, se ha
mostrado inicialmente contraria. Sobre todo porque teme que el asunto
siente precedente y otros intenten eludir su responsabilidad
atribuyéndola a terceras personas. Fuentes próximas a la defensa penal
de Messi postulan, por su parte, que este no es el caso del jugador
argentino, pues se asume la responsabilidad de alguien tan importante
como su padre. Las conversaciones sobre este tema continúan.
Una
vez se puso de manifiesto que el sistema de cobro de los derechos de
imagen, cedidos para su explotación comercial por marcas de diferentes
actividades, no iba a ser aceptado por Hacienda y que, además, no era
utilizado prácticamente por ninguno de los deportistas profesionales de
élite, los representantes de Messi comenzaron a preparar las
declaraciones complementarias, es decir presentadas fuera de plazo, pero
antes de que Hacienda iniciara la inspección o la Fiscalía presentara
una denuncia, de los años posteriores, del 2010 al 2012. La suma total
del impuesto de esos años sólo por derechos de imagen más intereses de
demora, son los 22,4 millones, que inicialmente se avalaron. El pasado
23 de junio los representantes de Messi pagaron el 60% y el próximo 5 de
noviembre harán lo propio con el 40% restante. Como consecuencia de
todos esos incrementos de renta, el impuesto de patrimonio del argentino
ha alcanzado el millón.
A modo de balance, Messi ha pagado
bastante más de 100 millones en impuestos durante los últimos siete
años, de menos a más, acorde con su trayectoria, lo que apunta a unos
ingresos muy por encima de los 200 millones de euros.