Efecto inesperado: Dolar sufre por las sanciones "antirusas"

Efecto inesperado: Dolar sufre por las sanciones "antirusas"

13 agosto 2014, 12:02
Kalinkita
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En un esfuerzo por debilitar la economía de Rusia, los Estados Unidos socavan su propia posición. Según lo declarado por un ex miembro de la Cámara de Representantes, el conservador Ron Paul, las sanciones anti-rusas bien pueden privar el estatus del dólar como moneda global.

Deseando parecer superman, salvador del mundo, Washington da un paso injustificado tras otro. Este podría mantener su propia economía, pero en lugar de eso está tratando desesperadamente de debilitar a Rusia. Sin embargo con la introducción de estas sanciones - sin sentido y sin piedad - Washington aplasta todo alrededor y cava un hoyo para sí mismo.

 

En un intento de demostrar su fuerza y ​​determinación, los Estados unidos no se detienen a pesar de las pérdidas. Y si ante el deterioro de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Rusia se puede cerrar los ojos a causa de su insignificancia entonces la UE se encuentra en una situación muy difícil. La amistad es una cosa, pero según las facturas alguien tiene que pagar, además el liderazgo de la UE se ha visto enfrentado al problema de la compensación por las pérdidas por la reducción del comercio con Rusia. Washington, hasta ahora no ha ofrecido su ayuda, y se desconoce de dónde el Viejo Mundo buscará los fondos desaparecidos. Aunque, al parecer, para este no eran necesarias las sanciones, es decir que tendrá que pagar por su gesto de amistoso apoyo. Sin embargo los Estados Unidos no parecen estar interesados en los problemas de otros. A sus amigos devotos no los van a ayudar incluso comprando sus manzanas, las cuales sorprendentemente no son útiles para nadie.

 Pero tal indiferencia hacia los socios más confiables puede ser contraproducente. Como el conservador americano Ron Paul señala: "tarde o temprano Europa se cansará de ser la policía gratis para los Estados Unidos", es decir que la base de clientes de los bancos europeos en los Estados Unidos se ha reducido gradualmente. Además, a Rusia ya la ha aburrido mantener las condiciones de un juego ajeno, es decir, las capacidades propias son suficientes para superar las sanciones. A Europa y los Estados Unidos, en el comercio exterior, los ha remplazado con nuevos socios. Aquí radica otra seria amenaza para el dólar. En el ajuste de cuentas mutuo, por ejemplo, para Rusia y China el dólar, tarde o temprano, sería simplemente innecesario. ¿Cuál es el sentido de que dos fuertes economías emergentes usen para sus transacciones un mediador, e incluso uno de tipo agresivo? La transición gradual de las grandes potencias sobre los asentamientos en las monedas nacionales, en última instancia, puede menoscabar la posición de la moneda estadounidense.

Washington no puede deshabituarse del papel de líder mundial y en lugar de resolver sus propios problemas trata de crear molestias a todos los demás para verse lo mejor posible en el fondo. Pero por alguna razón resulta todo lo contrario. Tal vez en el folklore americano simplemente no se habla de que no vale la pena cavar otro agujero. 

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