Interés y Humor - página 2539
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https://docs.google.com/file/d/0B2rwkNV9vHA2UWxGa3EyY09FV0U/edit - aquí hay una buena descripción para hacerla, el esquema y las piezas para hacerla.
Y aquí hay más. Una linterna más fría que una sola bombilla.
- "Embriáguese", dijo en voz alta.
- ¡Brillante! - La voz ronca de alguien le apoyó.
Se estremeció y una ola fría de piel de gallina le recorrió el cuerpo. Se dio la vuelta y vio a un gordo pelirrojo y rechoncho con una camiseta blanca de tirantes grasienta y unos vaqueros desgastados sentado en un sillón.
- ¿Quién es usted? - Tragando, Kid preguntó.
- ¿No me reconoces? ¿Yo, tu mejor amigo que vive en el tejado? - preguntó el desconocido con dolor en su voz.
- ¡¿Carlson?!
El hombre gordo asintió y sacó un paquete de cigarrillos arrugado. El niño miró al gordo y su infancia pasó por delante de sus ojos: la soledad, la escuela donde había sido un paria, la llegada de Carlson. Sí, aquellos eran días felices. Tenía un amigo de verdad. ¡Un amigo! Pero luego vinieron los psicoterapeutas bigotudos, las pastillas, la desaparición de Carlson, el intento de suicidio, el año en el manicomio.
- Te has ido. Eres ficción. Mi amigo imaginario.
Carlson se atragantó y tosió.
- ¿De qué coño estás hablando, Babe?
- Me estoy volviendo loco. Alucinaciones. Otra vez.
- ¡Hijo de puta! - El hombre gordo con la hélice a la espalda saltó vivamente de su silla y corrió hacia Kid, dándole de repente un puñetazo en la cara.
Un dolor agudo, un sabor a sangre en su boca.
- Bueno, no está mal para la ficción, ¿eh?
El chico se avergonzó y sonrió. Siempre tenía razón. ¡Carlson no era un producto de la imaginación! Pero inmediatamente se sintió triste.
- Me dejaste.
Carlson se sintió avergonzado y se quedó mirando a la esquina.
- Bebé... Ya sabes... Lo siento. Pensé que ya no me necesitabas. Y el otro día tuve una sobredosis. ¿Te imaginas, mermelada de piña? De todos modos, es vergonzoso. En fin... Te lo contaré todo. Tengo un montón de grandes historias. Te juro que no volveré a dejarte.
- ¿De verdad?
- ¡Que me parta un rayo!
El bebé lloró. Lloró de felicidad, se levantó y le dio un gran abrazo a Carlson. El viejo amigo olía a sudor y a alcohol.
- Bueno, bueno, la ternura como los maricones piojosos. Entonces, ¿estamos bebiendo? Tengo una frambuesa conmigo si la necesitas. ¿Cuál es tu problema, Babe?
- Chica...
Son todas putas. Trae el vodka. Vamos a limpiarnos.
El niño corrió a la tienda y se alegró. Fuera todos los pensamientos de las chicas, de la suciedad de la gente y de la monotonía de la vida. Ahora tenía a Carlson, una botella de vodka y dos botes de mermelada.
USDCHF )))
no es algo bueno........