Interés y Humor - página 1142

 
Dejé a mi hija (2 años) con mi marido.
Se sienta frente al ordenador mientras su hija juega a las muñecas con él, le trae agua en platos para muñecas y él se la bebe: sabe bien, trae más. Lo hace, lo intenta... Estaba contento hasta que se dio cuenta de que la única agua que puede alcanzar es la de la taza del váter.
 

Richard Elliot

 
 

El último... tipo de filosofías

 
 
 

Montar el reactor: el avión atómico

A finales de los años 40, todo el mundo se inclinó por los bombarderos: se destinaron fondos tan cuantiosos al desarrollo de la aviación de largo alcance que la década siguiente se convirtió en una década dorada para el desarrollo de la aviación. En poco tiempo el mundo fue testigo de muchos de los más fantásticos proyectos y aviones. Incluso la devastada Gran Bretaña brilló con sus magníficos bombarderos estratégicos Valient y Vulcan. Pero los proyectos más increíbles fueron los bombarderos supersónicos estratégicos con sistemas de propulsión nuclear. Incluso medio siglo después, son hipnotizantes en su audacia y locura.
 
Mi maestro militar me dijo que la guerra es un muy buen motor de progreso. Al fin y al cabo, no se escatima dinero en tecnología militar. Gracias a la Segunda Guerra Mundial, la aviación se desarrolló mucho, porque había que bombardear o derribar los bombarderos enemigos. La tecnología de los helicópteros se desarrolló mucho gracias a la guerra de Vietnam, ya que era necesario entregar soldados y municiones en la selva. La tecnología de los cohetes se desarrolló gracias a la Guerra Fría. La URSS invirtió mucho dinero en medios para entregar un regalo a la burguesía y fueron los cohetes. Gracias a la Guerra Fría tenemos Internet y el GPS. Occidente necesitaba un sistema de seguimiento global y consiguió el GPS. Occidente necesitaba un centro de información sin un centro único (por si llegaba un regalo de la URSS), y ahora tenemos Internet.
 

Cómo se encontró Mars 3

Hoy os voy a contar cómo una historia que empezó y terminó hace más de 40 años tiene de repente una continuación en estos días. Sobre cómo un simple usuario de Facebook, en su interés por Marte, llegó hasta la NASA. Sobre cómo la solidaridad internacional entre científicos no es una palabra vacía. Y sobre cómo el espacio está más cerca de lo que parece. <br / translate="no">
Estábamos buscando a Marte 3.
¡Y lo encontramos! Justo en Marte, en el fondo del gigantesco cráter Ptolemaico, entre el páramo sin vida y las rocas.
La historia de hoy trata de cómo lo hicimos.
 

Mujeres de campo. Pintura del artista David M. Bowers

Razón de la queja: