Discusión sobre el artículo "Optimización con el juego del caos — Game Optimization (CGO)"

 

Artículo publicado Optimización con el juego del caos — Game Optimization (CGO):

Hoy presentamos el nuevo algoritmo metaheurístico de Chaos Game Optimisation (CGO), que demuestra una capacidad única para mantener una alta eficiencia al trabajar con problemas de alta dimensionalidad. A diferencia de la mayoría de los algoritmos de optimización, el CGO no solo no pierde rendimiento, sino que a veces incluso lo aumenta cuando se escala el problema, lo cual supone su característica clave.

Imaginemos un grupo de investigadores, cada uno de los cuales trata de encontrar un extremo en un laberinto multidimensional. Al principio del viaje, nuestros buscadores se dispersan aleatoriamente por el laberinto y encuentran su primer refugio dentro de los límites estrictamente definidos del espacio. Ese supone su punto de referencia. Cada buscador no actúa solo: observa a sus compañeros y, en cada momento, selecciona un grupo de compañeros al azar y calcula el centro de su ubicación, como si encontrara un punto de equilibrio entre sus posiciones.

Se trata de la sabiduría colectiva promediada por la experiencia del grupo. Y entonces comienza la verdadera magia del caos. El buscador puede seleccionar uno de los cuatro caminos para dar el siguiente paso. Cada trayectoria supone una fórmula de movimiento específica en la que se entrelazan tres puntos clave: su posición actual, el mejor lugar encontrado por todo el grupo y el centro del subgrupo elegido. Estos puntos se mezclan, y la fuerza de su influencia en el movimiento posterior viene definida por el coeficiente α, el conductor del caos.

El propio coeficiente α adopta diferentes formas, y cada buscador, siguiendo las reglas, se puede impulsar desde su posición, apuntando a la media áurea entre el mejor resultado y el centro del grupo, o comenzar desde el mejor punto, explorando el espacio que lo rodea, y también puede impulsarse desde el centro del grupo, o dar un salto completamente aleatorio hacia lo desconocido.

Al final de cada acción, se comparan los resultados. Si uno de los buscadores encuentra un lugar mejor que el récord anterior, se convertirá en un nuevo faro para todo el grupo en su búsqueda continua.

Ahí reside la verdadera belleza del algoritmo: en su capacidad para convertir el caos en orden, el azar en movimiento intencionado, la incertidumbre en progreso, y cada paso, cada movimiento está sujeto a la búsqueda de soluciones entre lo conocido y lo desconocido, entre la estabilidad y el riesgo, entre el orden y el caos.

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Autor: Andrey Dik