Dilma Rousseff, la mandataria brasileña, ha acusado ayer a la oposición de "golpista" y dicho que "la verdad ganó a la mentira" en los comicios en los que obtuvo la reelección.
Señala que el Gobierno no es de su propiedad, sino de los partidos políticos que le dan soporte y de todos los brasileños, tanto los que han votado por ella como los que no lo hicieron.
"Tenemos que tratarlo con tranquilidad y serenidad, no podemos caer en ninguna provocación", ha dicho ante sus compañeros de partido durante su discurso en la reunión de la Dirección Nacional del Partido de los Trabajadores (PT).
Ha llamado "estafadores" a los miembros de la oposición, a los que acusa de no saber encajar que ella lleve tanto tiempo en el poder.
De esta manera, la presidenta de Brasil ha recordado la campaña electoral e insiste en que "se ha demostrado que el Gobierno estaba en lo cierto" respecto a los datos presentados. Así, apunta que la deforestación ha caído un 18 por ciento frente a las previsiones alarmistas de la oposición y que la inflación está "bajo control".
Asimismo, la presidenta ha lanzado un mensaje a los miembros del PT y del resto de partidos de su alianza: "Tenemos que mirar a los movimientos sociales y, sobre todo, tenemos que escucharlos", ha destacado Rousseff. "En una sociedad democrática el Congreso es crucial, pero son los movimientos sociales quienes recibieron las sugerencias de la población", ha apostillado.
Al final, Rousseff ha reiterado que los partidos que apoyaron su campaña de reelección estarán representados en su Gobierno para poder discutir entre todos las políticas públicas, según informa el diario brasileño 'O Globo'.
